MAD. «Cuentan que un famoso fotógrafo marchó desde las espléndidas / torreadas ciudades luminosas a la negra África / allí / buscaba imágenes: / selvas– guerras– revoluciones– hambre– o plagas simios o gente / historias: algo que mostrar– o contar al mundo / un día / vio una niña de dos años en el suelo– llorando– llena de mocos y / babas– sola –echada– sin fuerzas para moverse / lejos de las chabolas de chapa / cerca– esperando su muerte / había un buitre –ganchuda cabeza de carne– encapotado / de plumas negras / entonces / cogió su cámara– ajustó el zoom– encuadró la escena– / calculó la luz y disparó el interruptor / varias docenas de veces / hizo algunas fotos– unas fotos terribles y hermosas / (porque todo lo hermoso es silencioso y terrible) / después / se sentó y esperó… / esperó / para ver qué sucedía… / pero / tras más de dos horas nada había cambiado… / la niña lloraba… el buitre seguía esperando… / y todo continuaba su curso / al rato se fue / se dio la vuelta y / se marchó de allí / no hizo nada / ¿quién sabe por qué? …quizá / no quería intervenir… quizá le pareció / que no podía hacer nada o que aquello / no era profesional… ¿quién sabe? / el caso es / que / cuentan / que a los pocos meses de aquello se / suicidó / se suicidó / en su apartamento / en / medio / de / las torreadas luminosas ciudades». Este poema, escrito por Ricardo Moreno, pertenece a su libro ABRXIA 365, publicado en 2009 en la editorial Huacanamo, donde relata el suicidio del reportero gráfico sudafricano, Kevin Carter, ganador del Premio Pulitzer, en el año 1994, por esta fotografía. Como dice el poeta de estos versos: «Todo cual auténtico motor de la historia es un puta ficción consensuada –la prueba de esto se constata al darle un billete de 500 euros a un salvaje de Nueva Guinea». Conozca éste y otros «constructos / carcasas mecánicas de espíritu / autómatas semióticos de materia abstracta / golems / tecnología dialéctica», que el mismo Ricardo acuña, constriñe y forja con el más absoluto de los desvaríos ilustrados.
Extraido de http://lapollaenverso.blogspot.com/
Hola kiko. Gracias por tu comentario y visita. Mi abuelo no perteneció a ningún bando, fue arrastrado al bando nacional y obligado a llevar el uniforme azul. Él me contó que nunca usó las armas y que pudo retirarse a tiempo de matar a gente de su misma sangre. Creo que su corazón rojo le hizo huir de una guerra que nunca debió existir
ResponderEliminarEnlazado!!
ResponderEliminarYa le he echado un vistazo a tu blog,interesante!
Gracias por tu comentario. Como puedes ver tengo el blog bastante abandonado... Espero reponer fuerzas este mes y ponerlo en marcha a partir de septiembre poco a poco e ir metiendole caña día a día.
Salut!